A Cristina, mi hermanilla la celosilla.
Se encontraba Cristina, como siempre, fumando,
Cuando entre tos y tos, se la apareció
Dijo: “te vengo a llevar, vele caminando”,
Cristi se negó, pues no creyó su mala suerte.
Le tiró de manotazos, y pues
pensó: ¡ah cómo es necia esta niña!, ¡si hasta me pataleó!,
Y dijo riendo la huesuda: -No importa, sabré esperar,
¡tú sigue echando humo, que poco a poco, te habré de llevar!-.